Cómo tomar mejores decisiones en tu vida y trabajo

“Cuando se trata de tomar decisiones, nuestros cerebros no son los mejores instrumentos.”
— Chip y Dan Heath

El año pasado recibí por sorpresa una copia de revisión de “Decisive: Cómo tomar mejores decisiones personales y de trabajo”. El libro de los hermanos heath que explica con 4 argumentos porqué tomamos malas decisiones, y un simple proceso de 4 pasos para lograr evitarlo.


Los 4 Villanos de la Toma de Decisiones

1. Vista Reducida
Esto ocurre cuando nos afrontamos por primera vez con un problema y tenemos que tomar una decisión. Nuestras opciones parecen limitadas y nos previenen de buscar alternativas que pueden quizás ser mejores.

Por ejemplo:
Sólo el 29% de las decisiones que se toman en una empresa tienen más de una opción (si o no).

Recientemente durante una entrevista, el presidente Obama comentó que cuando tiene que tomar una decisión, su equipo de trabajo le entrega un memo con un enunciado y tres opciones (si no, necesita más consideraciones)

2. Búsqueda de Confirmación
Comúnmente pre-seleccionamos una opción y después durante el análisis favorecemos la información que confirma nuestra decisión. Esto sucede porque como deseamos que nuestra opinión sea verdad solemos poner más atención a lo que nos reafirme e ignoramos la que nos pueda contradecir.

Por ejemplo:
En los 60’s en las batallas contra el tabaco, el jurado tenía que decidir si legalmente se reconocía que fumar puede causar cáncer o no. Los miembros del jurado que votaron en contra (no causa cáncer) solían leer artículos con el título: “Fumar NO causa cáncer pulmonar” e ignoraban los artículos “Fumar causa cáncer pulmonar”.

3. Emociones a Corto Plazo
Después de analizar nuestras opciones, podemos tomar una decisión. Sin embargo aún estamos en riesgo de permitir que nuestras emociones se interpongan y tomen control.

Cuando una decisión es particularmente difícil, nuestro mente empieza a perder control, nuestros sentimientos y preocupación se agudiza, nos estresamos y re-vivimos los argumentos una y otra y otra vez. Cómo dicen los hermanos heath “Levantamos tanto polvo, qué no podemos ver el camino”.

4. Confiamos de más
Es totalmente cierto que después de que hemos tomado una decisión, tenemos que vivir con ella. Sin embargo, con frecuencia estamos tan confiados de nuestro conocimiento y opinión de cómo se desenvuelve el tema que no nos detenemos a pensar si el presente y futuro en realidad es cómo lo pensamos.

Por ejemplo:
El estudio discográfico Decca, rechazó a los Beatles cuando fueron a hacer audición para grabar su disco, debido a su opinión respecto a los cuartetos. “Están fuera de moda, en especial 4 guitarras”.
Sobra decir que se arrepintieron de tan mala decisión fundamentada en un prejuicio.


Cómo Tomar Mejores Decisiones

1. Aumenta tus opciones
Cuando estés definiendo tu toma de decisión, evita el pensar de una sola forma. Usualmente la toma de decisiones nunca tiene opciones binarias. Sólo necesitan analizarse de distinta forma.

Por ejemplo:
Si piensas comprar un auto nuevo, en lugar de pensar si compras la versión de lujo o no, puedes mejor re-enmarcar la pregunta en: ¿Prefiero gastar el dinero en accesorios adicionales del auto, o ir de vacaciones?

Otro acercamiento es eliminar por completo las opciones más evidentes. De esta forma te fuerzas a ver opciones no evidentes.

Por ejemplo: ¿Despido a un empleado improductivo o no?
En lugar de verlo cómo binario y eliminas esas dos opciones, puedes preguntarte: ¿Puedo transferirlo a otro puesto donde sea más feliz, o puedo reducir sus horas para que aproveche mejor su tiempo personal?

2. Comprueba tus Suposiciones
Cuando corremos peligro de auto-confirmar nuestras creencias, necesitamos detenernos y preguntar: “¿Qué necesito para confirmar que no tengo razón, y como lo puedo comprobar? “

Una gran forma es ir directamente con fuentes que tengan opiniones contrarias u opuestas dentro de una organización o con grupos sociales distintos.

Otra forma es buscar consejo de personas o expertos que han pasado ya por las decisiones que haz tomado.

3. Toma Distancia
Las emociones de corto plazo son el peor aliado al momento de tomar decisiones. Pueden ocultar hasta las decisiones que son obviamente las mejores, sólo porque ya hemos invertido emocionalmente en una opción más que otra.

Si crees que puedes estar siendo presionado por tus emociones y/o sientes que tu toma de decisión es demasiado apresurada, es mejor tomar distancia física o temporal de la decisión.

Una buena forma de no ser víctima de tus emociones momentáneas es pensar con la regla de 10: Si estas forzado a tomar una decisión muy rápido piensa en como te vas a sentir dentro de 10 minutos, 10 meses y 10 años.

4. Prepárate para no tener la razón.
Sin importar que sea parte de la planeación estratégica de tu organización o de una relación personal, siempre es bueno tener un plan b, o mínimo saber cómo reaccionarás en caso de que el futuro no sea como tú lo planeaste, o pensabas.

Todo mundo involucrado debería de poder levantar la mano y señalar cuando algo no está llenado conforme al mejor de los planes. El futuro no es algo que se pueda predecir ni controlar, pero puedes estar atento y reaccionar.

Una buena técnica es tener varios “disparadores”, eventos que en caso de realizarse deben de lanzar una acción para girar el rumbo de la decisión tomada. De esta forma, sabes que no importa qué pase, estás preparado para seguir adelante de la mejor forma posible.

AUTOR: Héctor Jaime Barraza

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Te deseamos siempre lo mejor.

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