El placer es necesario para que nuestro cerebro pueda funcionar. Es una manera de liberar el neurotransmisor dopamina, encargado de funciones tan importantes como la memoria y el aprendizaje. Cuando sentimos placer estamos relajados y nos sentimos confiados. ¿Pero porqué nos volvemos adictos? Las adicciones se generan comúnmente en la adolescencia pues es el momento en que biológicamente nuestro cerebro es más vulnerable al placer y la emoción. Entre más dopamina liberamos, más felices nos sentimos, pero a su vez nos volvemos menos inteligentes. El cerebro necesita siempre más dopamina pues el cerebro lo interpreta como placer. Por ello, desde comer un chocolate, la emoción de sentirnos queridos, acelerar la velocidad en el auto, tomar una copa de vino, comprar unos zapatos nuevos, tener un orgasmo sexual, nos genera dopamina.
¿Qué sucede con elementos como la cocaína, el tabaco, el sexo?
La emoción de la cocaína es tan fuerte, que se libera tanta cocaína que volver a sentir los pequeños placeres de la vida se vuelve más difícil y por lo mismo caemos en un círculo vicioso, en dónde para volver a sentir placer necesitamos de la droga.
¿Porqué algunas personas se enganchan más que otras con las drogas? ¿Cómo influyen los padres en conductas adictivas?
Escucha este podcast de "La Llave Maestra" con Julia Inés Calzada y el Doctor Eduardo Calixto, neurofisiólogo, experto en procesos dopaminérgicos.
