Por Manuel J Molano
Ayer el IMCO presentó una herramienta de Internet llamada Compara Carreras (comparacarreras.org). Esta herramienta interactiva permite hacer un análisis de costo y beneficio muy simple para una de las decisiones más importantes en la vida: la de elegir carrera profesional.
La mayoría de las veces esta decisión se hace con base en los gustos y preferencias de los alumnos, la tradición familiar, la profesión de las personas en el entorno cercano, e incluso consideraciones mucho más lúdicas: qué van a estudiar los amigos de preparatoria o qué tan bien se la pasa la gente estudiando esa disciplina. Otras veces los muchachos tienen que abandonar los estudios porque el costo es muy alto, o porque ya urge llevar dinero a casa. Compara Carreras permite quitarle incertidumbre a estas decisiones desde un punto de vista puramente financiero. Al final, la inversión en capital humano es una inversión, y como tal, debe ser comparable en términos de riesgo y rendimiento.
Hay hallazgos interesantísimos. Por ejemplo: el costo de estudiar matemáticas y estudiar estadística es más o menos igual. Sin embargo, el desenlace en el mercado laboral de ambas profesiones es muy distinto: la de los matemáticos es una profesión que se queda en el ámbito educativo, dominada por los hombres, y donde la remuneración es más baja. La gente que estudió estadística, por el contrario, en su mayoría son mujeres y ganan más. Una rareza estadística, ya que por lo general las mujeres en México ganan menos que los hombres – pero el tipo de datos que yo quisiera tener si tuviera una hija que hoy estuviera optando por estas dos disciplinas.
Obviamente, los datos de la encuesta nacional de ocupación y empleo del INEGI tienen limitantes. Las universidades privadas parecieran ser menos rentables para el estudiante que las públicas porque el costo es menor, y porque estamos comparando la remuneración promedio para evaluar la rentabilidad. Evidentemente un médico que paga más de 1 millón de pesos por la licenciatura en una universidad privada y que está dispuesto a pasar otros 7 u 8 años en sus estancias, internados y posgrado, no le está tirando a la remuneración promedio: le tira a la remuneración excepcional.
Otro caso que merece comentario son las profesiones relacionadas con el sector de minería y extracción. La remuneración es la más alta, pero también lo es la tasa de desempleo. Esto puede estar relacionado con nuestros monopolios públicos de energía que apenas empiezan a abrirse: Pemex y CFE no solamente son monopolistas. También tienen el monopsonio (único contratador) del talento específico a esas industrias, y eso afecta la tasa de desempleo.
Lo importante a recalcar es que la inversión educativa, aún en el promedio, es buena. En general, es una inversión de bajo riesgo, y genera un premio salarial importante, que es mayor si tienes experiencia, un posgrado y si elegiste una disciplina altamente rentable.
Manpower de México nos ayudó dándonos algunas señales desde el lado de las empresas. El 49% de los jóvenes no logra colocarse por falta de experiencia. La semana pasada, en el Foro Económico Mundial Latinoamérica, el Dr. Ricardo Hausmann de la Universidad de Harvard, comentó que ahí hay espacio para la política pública. Si el mercado no está dispuesto a pagarle a los muchachos por su inexperiencia, tendríamos que subsidiar los primeros 2 años de empleo. Vale la pena pensarlo.
Cabe hacer mención de la excelente implementación de este proyecto en IMCO: Catalina Delgado, la economista líder, David Rodríguez, quien hizo el procesamiento de datos, y María Zimbrón, que implementó el sitio web, son tres talentos que me hacen sentirme muy orgulloso de la institución donde trabajo. Aquí mi reconocimiento para ellos.
*Director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Publicado por Capital de México
Este texto pertenece a Manuel J Molano tomado de imco.org,mx
